Hay personajes que dotados por el “Supremo”, aquilatan dones ajenos al común de los mortales. Ides Kihlen es uno de ellos.

Hay personajes que dotados por el  “Supremo”, aquilatan dones ajenos al común de los mortales. Ides Kihlen es uno de ellos.

Sus profesores han sido los grandes maestros de las Artes Plásticas en la Argentina, pero han quedado en una anécdota. Ides se ha superado de la influencia del “fa – presto” que generalmente acompañan la facilidad del oficio.

Atemporal es el calificativo que a nuestro entender merece su obra, es la sinfonía que perdura.

Solamente un espíritu joven a los 94 años de vida, demuestra haber trascendido lo temporal.

Es la forma, en muchos casos, el soporte para el color, color que fluye naturalmente, rememorando con un estilo propio, a los grandes pintores.

Son pocos los artistas que logran llegar a la plenitud de su yo íntimo.

Ides Kihlen lo consigue.

Aclaración al margen

No por querer enmendar el ajustado estudio que realizara Mercedes Casanegra en el libro sobre Ides Kihlen. En cotidianas conversaciones con Ides, surgió una visión un tanto diferente a la expresada en el prologo.

El nudo gordiano era si la figuración había sido abandonada en búsqueda de una modernidad.

No considero que esta fuera la intención de Ides, al igual que grandes maestros como Jackson Pollock, Joaquín Torres García, entre otros.

Ides pintó Abstracción y Figuración simultáneamente, hasta que su “yo íntimo” la volviera definitivamente a la abstracción.